Andrea Sierpien es amante de la velocidad y apasionada por los fierros. En el mes de la mujer, cuenta cómo la adrenalina es un puente que la lleva a conectar con su lado más competitivo.
¿Qué es la competencia para vos y vivir la adrenalina?
El momento previo a una carrera me eleva a otro plano, donde veo las cosas de una manera diferente. Me veo a mi diferente y me hace sentir como si tuviera un escudo, y en esos momentos soy intocable. Surge una Andrea Sierpien que cuando se coloca el casco es como si se colocara una armadura y con ella es capaz de romper todos sus miedos.
¿Cómo descubriste la pasión por la velocidad y los fierros? ¿De dónde se genera eso?
Nací entre arandelas y tuercas. Mi papá es camionero, que a su vez lo heredo de mi abuelo. Corrió en motocross de joven y tuvo la suerte de poder acceder a motores de autos y de motos impensados para aquellos años en Montevideo, siendo adolescente en plena dictadura.
Cuando nací en casa había de todo y él me enseñaba, porque nunca me gusto jugar con muñecas ni vestirme de rosa como todas las niñas “normales”. Siempre tenía problemas con la vestimenta y no me sentía cómoda haciendo lo que hacían las demás.
Por esto siempre andaba entre los camiones o me iba a cargar y descargar el camión con papá. Tenía algo así como tres años cuando me regalaron una moto amarilla a pedal de la cual no quedó nada porque la gaste por completo. Así hasta los ocho años, donde mi padre me compró mi primera moto a gasolina, que también sufrió algún daño que otro.
Fui creciendo y mi pasión también —todos mis amigos varones me traían sus motos para que yo pudiera dar una vuelta—, hasta que empecé a generar mi propio dinero y empecé a comprar ciclomotores de 50 cc y prepararlos con el tornero del barrio. Mi padre viajaba mucho a Buenos Aires y me traía novedades y repuestos que acá no se conseguían. En esa época el dinero que generaba era para la gasolina o compraba y vendía antigüedades para sustentar los gastos.
¿Cómo se lleva una pasión siendo mujer en un mundo muy asociado a los varones?
Es muy complicado porque no te creen capaz y te subestiman. Además de que lamentablemente a veces se confunde amabilidad con otras cosas y soy bastante contra con ese tema; así que ahí va mi mejor cara de repugnante y no hablo con nadie. Solo demuestro de que estoy echa y eso es suficiente para mí. Hay un dicho que dice que en el semáforo es donde se prueba todo lo que se habla. Yo evito hablar prefiero llegar y descolocar el ambiente.
¿Qué sentís cuando te subís a una moto? ¿Y qué te genera?
Siento algo que me corre por las venas; mi corazón late fuerte y tiemblo mucho. Ya una vez que me subo, y marcho, mi corazón se conecta con el motor y después de ahí todo es velocidad y adrenalina puras.
Me conecto de tal forma que siento que nos convertimos en un cuerpo solo detenido en el tiempo y en el espacio. Es un momento muy personal. Cuando bajo me genera paz y tranquilidad y quedo sosegada; y más si le gano a algún hombre.
¿Has competido en varias carreras locales, pero a dónde te ha llevado esta pasión?
Me llevo a espectáculos internacionales como Orlando Speedway en Estados Unidos y VeloPark en Brasil. En Estados Unidos tuve la suerte de conocer a una chica que pica en un Mazda RX7 con motor rotativo. Es toda una ídola en su país. La vi en la pista antes de correr, le pedí una foto y, cuando miro, noto que estamos vestidas igual, pero igual… Y se escucha de lejos: Dios las cría y ellas se juntan.
También participe en el rodaje de un comercial para Guatemala siendo doble de riesgo en una moto de alta cilindrada. Y también cada tanto me llaman para dar clases en los test drive de reconocidos concesionarios del país.
¿Un sueño relacionado a tu pasión?
Volver a nacer y poder dedicarme al 100% a esto. Bueno, en serio... correr en Isla de Man o que me llame la marca alemana y me dé una SR1000. O tener una pista en el fondo de mi casa. Con tantas cosas sueño...
¿Qué mensaje darías a mujeres que tienen esta pasión, pero no se animan a practicarla?
Que nunca dejen de soñar y trabajen por ese sueño, porque si no trabajan todo termina en una ilusión. Amo ver mujeres en moto y en todos los deportes de motor. Ojalá se atrevieran más.
2025-03-11T16:20:05Z