MADRID-CANTABRIA EN UN CITROëN ELéCTRICO: 550 KM, GASTRONOMíA Y BUENOS CONSUMOS

¿El coche elegido? Un ë-C4 X 'made in Spain', con 156 CV de potencia y una autonomía superior a los 400 km.

Que los coches eléctricos son una solución perfecta para moverse por la ciudad y sus alrededores, creo cada día lo tenemos un poco más claro. Sobre todo, si se dispone de un cargador doméstico, lo que hace que su coste de uso diario sea realmente bajo.

Ahora bien... ¿y para viajar? Pues no quiero hacerte spoiler de lo que vas a ver en la prueba especial del Citroën ë-C4 X 2024 que hemos preparado, pero mi sensación es que las diferencias frente a hacerlo con un modelo de combustión se van reduciendo un cada vez más.

Principalmente, por el esfuerzo de los fabricantes como Citroën, que cada vez ofrecen modelos con más y más autonomía. Pero también, por una red de recarga en carretera que hace una década era poco menos que inexistente y, hoy por hoy, va mejorando aunque no todo lo rápido que debiera.

Citroën C4 X, un modelo multienergía

El caso es que aprovechando que teníamos un Citroën ë-C4 X en el garaje de la redacción, Pablo García y yo nos decidimos a hacer un Madrid-Cantabria a bordo de este compacto en formato sedán que se fabrica en el Centro de Stellantis Madrid para todo el mundo.

Una factoría donde, por cierto, en la misma línea se ensamblan ejemplares con motor eléctrico, diésel, de gasolina y el nuevo microhíbrido (con etiqueta Eco), para ofrecer una completa oferta multienergía, desde 22.500 euros, con descuento.

Y ya se sabe, en los tiempos que corren, poder elegir acorde a las necesidades de cada uno, es todo un lujo. Además, lo mismo sucede con el C4, el equivalente con carrocería compacta al uso de cinco puertas.

Centrándonos en el Citroën ë-C4 X, ahora mismo, se comercializa con dos versiones distintas, desde 34.040 euros descuentos incluidos, pero sin contar los hasta 7.000 euros de ayuda que aporta el Plan MOVES III.

Por un lado, la versión de acceso cuenta con un motor de 136 CV (100 kW) y una batería de 50 kW de capacidad, que asegura una autonomía homologada en el entorno de los 360 kilómetros.

Ahora bien, por los 1.000 euros más que cuesta a igualdad de equipamiento, yo apostaría siempre por la variante superior, con 156 CV (115 kW) y una autonomía alrededor de los 420 kilómetros, gracias a la batería de 54 kWh de capacidad. Sin duda, el extra de potencia y de alcance merece la pena afrontar la inversión extra.

550 km de viaje en un coche eléctrico

Volviendo a nuestra ruta, salimos de Madrid (zona norte) con la batería llena y una autonomía en el ordenador de a bordo de 416 km, muy cercanos a la máxima homologada. Y eso es lo primero que me ha sorprendido del coche: su bajo consumo.

A fin de cuentas, durante todo el recorrido, que ha tenido bastante autopista (el escenario donde más suele sufrir la autonomía), el gasto energético ha estado siempre en el entorno de los 16 kWh cada 100 km, que es un dato ligeramente superior al homologado (entre 14,7 y 14,8 kWh/100 km, dependiendo de la versión).

Y eso que no hemos hecho nada 'raro': hemos circulado con normalidad, acorde al límite de la vía y con la climatización (y los asientos calefactables, cuando han sido necesarios) asegurando un confort óptimo. ¿Las claves? Un peso contenido para ser un eléctrico, de unos 1.600 kilos, y una silueta de tres volúmenes que le favorece mucho en términos aerodinámicos.

Dos cargas rápidas en carretera, una en destino

Como puedes ver en el vídeo, en el trayecto hemos parado en dos ocasiones, siempre en estaciones de Zunder, dado que ofrecen puntos de carga ultrarrápida, tratando de aprovechar al máximo los 100 kW de potencia de carga que ofrece el modelo de Citroën.

Y si algo hemos experimentado, y cada vez estamos convencidos de que es la mejor opción, es que resulta mucho más interesante cargar dos veces hasta el 80% de la capacidad de batería, que es la fase de carga más rápida, que tratar de reabastecer hasta el 100%.

Por ejemplo, a nuestra primera parada en Fuentespina (Burgos), llegamos con un 55% de la batería y en unos 16 minutos alcanzamos el 80% que nos permitirá seguir hacia nuestro destino, con un coste de unos 11 euros. Maniobra que repetimos en Alar del Rey (Palencia), en una parada no programada, pero sí necesaria por motivos fisiológicos, para lograr finalizar la primera jornada de la ruta.

Experiencia eléctrica, experiencia gastronómica

Una ruta a la que, por supuesto, hemos querido dotar de un componente gastronómico, disfrutando de un cocido lebaniego típico en Venta de Vieda (Cabezón de Liébana), cerca de Potes, y una merienda de lo más original en La Oca en el Océano (Ruente), antes de llegar al Mirador del Rayo Verde, en la playa de Gerra, a disfrutar de uno de los mejores atardeceres de toda España.

Y como volver de noche se nos hacía un poco duro, optamos por dormir cerca de Cabezón de la Sal. Para nuestra sorpresa, toda la zona del Parque Natural Saja-Besaya, así como sus alrededores, disponen de multitud de cargadores públicos, gratuitos y en perfecto estado de funcionamiento, donde podemos cargar gratis el coche por la noche mientras dormimos.

Para finalizar, el segundo día, ya de vuelta hacia Madrid, no podíamos dejar de parar en Casa Luca, a comprar unos sobaos y unas quesadas tan 'made in Spain' como el Citroën ë-C4 X. Y de ahí, una carga rápida más en la provincia de Burgos, y directos a casa, con un recorrido mucho más favorable que el de la ida, en cuanto a desnivel se refiere.

Más noticias sobre Citroën

2024-05-09T17:26:46Z dg43tfdfdgfd