Ya es oficial. Ayer, 7 de julio, entró en vigor la nueva norma de la Unión Europea que obliga a todos los coches que se vendan en todos los países miembros a incluir una serie de sistemas de seguridad conocidos como ADAS (Sistemas Avanzados de Ayuda a la Conducción). Entre las novedades más destacadas está este. Te explicamos qué es y para qué sirve la caja negra de los coches.
Con los nuevos sistemas ADAS, la UE busca reducir el número de fallecidos en accidentes de tráfico o, al menos, minimizar las lesiones. Exactamente, desde Bruselas esperan evitar hasta 25.000 muertes y más de 140.000 heridos graves en los próximos 15 años, hasta alcanzar el objetivo de cero muertes en carretera en 2025.
Nos vamos a centrar en el dispositivo EDR, como se conoce por sus siglas en inglés a la caja negra. Se trata de un sistema similar al que llevan los aviones desde hace décadas y que registran diferentes datos para determinar, en caso de accidente, qué causas lo han provocado.
La caja negra de los coches nuevos a partir de ahora es un pequeño dispositivo del tamaño de un smartphone, ubicado bajo el asiento del conductor, atornillado al chasis y conectado a la centralita del vehículo.
Puede almacenar hasta 15 tipos de datos como el momento de la frenada, la velocidad, la fuerza del impacto frontal y lateral, las revoluciones del motor, los movimientos de la dirección, la posición del acelerador, el funcionamiento de sistemas de seguridad como los airbags o el cinturón de seguridad y otros parámetros como el día, la noche o las condiciones meteorológicas.
A través del puerto OBD del coche o un puerto específico del sistema EDR, se acede a toda esa información para analizarla, acceso que sólo podrá realizar la autoridad competente encargada de reconstruir el accidente. Hay que subrayar que todos esos datos recopilados son anónimos y que el sistema los registra únicamente en situaciones concretas, pero no guarda datos personales, como el nombre, la edad o el sexo, del conductor.
No sirve para dirimir la culpabilidad en un accidente, pero sí para analizar las causas e incentivar a mejorar la conducción. No obstante, desde el RACE advierten que la implantación de este nuevo sistema de seguridad podría provocar dos efectos contrapuestos: por un lado, al sentirse vigilados, los conductores harán una conducción más prudente y responsable, pero, al mismo tiempo, podrían sufrir estrés.
En cualquier caso, además de mejorar la seguridad de los coches, la caja negra de los coches permitirá manejar una mayor calidad y precisión en los datos de accidentes, mejorando la evaluación y funcionamiento de otras tecnologías, como el sistema e-call, además de conocer los umbrales de lesiones para mejorar la seguridad pasiva, con una mejor comprensión de las causas y los daños físicos.
Por otro lado, será una herramienta útil para las aseguradoras en la reconstrucción de accidentes y para aplicaciones específicas de seguridad vial, seguridad y lucha contra las infracciones. La caja negra es de obligado uso en todos los vehículos de nueva matriculación en España, desde turismos de clase M1 (con un máximo de 8 plazas además de la del conductor) a vehículos con fines comerciales y furgonetas de menos de 3.500 kg de peso.
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